Las cantigas de amigo son una de las muestras más influyentes de la lírica medieval. En ellas una voz femenina se lamenta por la ausencia del amigo (es decir, el amado). Todo ello con la naturaleza como elemento clave y con una enorme musicalidad producida por la propia dulzura del gallego, por el uso de paralelismos y una estructura métrica peculiar.
El galaicoportugués o gallegoportugués era una de las lenguas de prestigio de la lírica medieval. El propio rey castellano Alfonso X escribió en ella sus Cantigas a Santa María. Con esta versión musical de «Ondas do mar de vigo», de Martín Códax, te puedes hacer una idea de cómo era esta música.
Algo más cercana a nuestra sensibilidad, esta versión de «Lela», de Castelao (siglo XX), te puede hacer sentir qué es la lírica que el pueblo convierte en suya. En primer lugar, en la voz de Eva. Luego, en la versión de Dulce Pontes. Aquí está el texto gallego y su traducción.
Las cantigas de amigo hacen uso del recurso llamado leixa-pren (deja-toma): un verso que aparece al principio de retoma más delante. En este caso, el 2º de la primera estrofa se convierte en primero de la tercera.
Otro de los recursos típicos de la lírica popular (y en concreto de las cantigas de amigo) es el paralelismo (repetición de estructuras). Encuentra alguna en este texto.