Hoy hemos empezado el curso con la caja de los secretos. Los objetivos de esta actividad son, fundamentalmente, reírnos un rato e iniciar un clima propicio a la creatividad. Cada alumno (seducido por el brillo de una caja que el profesor ha recuperado de un regalo) ha sido invitado a confesar anónimamente (más en broma que en serio) un secreto. En el fondo, la chispa de una ficción.

Aquí está una selección de estudiantes de 3º y 4º de ESO:

Dubitativos:
Mi secreto es que no sé cómo me llamo.

Misteriosos:
Mi secreto es que yo no he escrito esto.
Mi secreto es que en ocasiones veo muertos.
Mi secreto es que en ocasiones veo unicornios.

Revelación de identidades ocultas:
Mi secreto es que en verdad soy un gamusino.
Mi secretos es que soy adoptada (y mis padres no lo saben).
Mi secreto es que soy muy guapo.
Mi secreto es que el profe es mi padre.
Mi secreto es que soy irremediablemente fan de los garbanzos.
Soy un delfín.

Amores peculiares:
He raptado a Leonardo DiCaprio y le tengo como mascota en mi sótano.
Mi secreto es que x me ama pero ella no lo sabe.
Mi secreto es que x me quiere pero no lo admite.
Mi secreto es que estoy saliendo con X pero ella no lo sabe.
Estoy saliendo con cuatro australianos pero ellos no lo saben.

Proclamas de libertad escolar:
Mi secreto es que quiero irme a casa para hacer travesuras.
Mi secreto es me quiero ir a casa a ver al churri.
Mi secreto es que odio al que manda deberes el fin de semana.
Mi secreto es irme a casa a comerme una paella que me está esperando.
Ya que hace calor, podríamos meternos en la piscina (no es un secreto, pero refresca).

Y, en fin, poetas:

Mi secreto es que no me cabe mi secreto en esta hoja para secretos.