El Taller de teatro del IES Antonio López prepara para este año un sencillo montaje llamado Bestia. Se trata de una adaptación de El oso de Chejov. Para facilitar su preparación, recogemos aquí el texto sobre el que estamos trabajando.
BESTIA
Criados
Luka
Doctora
Popova
Visitantes
Smirnov
Escenario a oscuras.
Suena la música. Poco a poco, los criados llenan el escenario bailando con una alegría creciente.
LUKA: ¡Chssssssssss! ¡Silencio! Vais a despertar a la señora. Y ya tiene bastante con lo suyo.
CRIADO2: Sí, venga, vamos a seguir.
CRIADA1: ¡Yo hago de princesa de Oriente! (Le quita la fregona y la usa como bastón de mando)
CRIADA2: ¡No, de princesa hago yo!
(Se pelean por la fregona).
Llaman a la puerta. Los criados se esconden corriendo en los laterales. Entra la doctora.
DOCTORA: Buenas noches. Ya es muy tarde, pero venía por si había algún problema. La pobre Popova se quedó tan destrozada.
LUKA: Muchas gracias, doctora. Por fin pudo dormirse. Ahora está descansando.
DOCTORA: Pobre mujer, tan joven y una desgracia tan grande.
LUKA: Sí, doctora. Ha sido un golpe muy duro. Nadie esperaba que su marido muriera tan joven.
DOCTORA: En fin, si necesitan algo, llámenme.
LUKA: Gracias, doctora, la acompaño hasta la puerta.
Se marchan Luka y la doctora. Los criados salen de su escondite y vuelven a bailar. MÚSICA.
OSCURO.
(Entra Popova, de riguroso luto, sin apartar los ojos de una fotografía. Detrás viene su criada, Luka)
LUKA: ¡No está bien, señora!… ¡Con eso no consigue Ud. más que hacerse daño! La doncella y la cocinera se han ido al bosque por fresas. Todo respira alegría. Usted, en cambio, se está el día entero metida en la casa, como en un convento.
POPOVA : Y no saldré nunca… ¿Para qué?…¡Mi vida ha terminado! ¡Él descansa en la tumba y yo me he enterrado entre cuatro paredes!… ¡Ambos hemos muerto!
LUKA : ¡No diga eso! … Nikolai murió. Fue voluntad de Dios. Que descanse en paz… Usted ha sufrido… pero ¡basta ya de sufrir! No… no tiene usted por qué pasarse toda una eternidad llorando y vestida de luto…
Aquí cerca se aloja un regimiento, y los oficiales ¡son unos verdaderos bombones!… Es usted joven y guapa.
POPOVA : (Con decisión) ¡Te ruego que no vuelvas a hablarme nunca de eso! ¡Sabes muy bien que, desde que murió mi marido, la vida ha perdido para mí todo sentido!
LUKA : En lugar de hablar así, más le valdría pasearse un poco en el jardín o mandar a ensillar a «Centella» y hacer una visita a los vecinos…
POPOVA : ¡Ay!… (Parece que va a llorar)¡Él quería tanto a «Centella»!… Y qué gracia, qué manera maravillosa tenía de galopar. ¿Te acuerdas?… Oh, «Centella», «Centella». Di que le den hoy un suplemento extra de avena.
LUKA : Como disponga. (Se oye un agudo timbrazo)
POPOVA : (Estremeciéndose) ¿Quién será?
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Entran visitantes que van a consolar a Popova. La saludan.
VISITANTE 1 : Querida Popova, perdona por no anunciarte nuestra visita. Venimos a intentar alegrarte el día.
POPOVA : Yo no puedo tener un día alegre. Por favor, no perdáis el tiempo conmigo.
VISITANTE 1: Siéntate, siéntate a ver a estos jóvenes, a ver si logramos traerte esa alegría.
Cada visitante actúa para intentar animar y hacer reír a Popova.
Los criados ríen pero ella se mantiene seria.
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Se van los visitantes y suena otro timbrazo. Entra Luka.
LUKA : (Preocupada) Señora… Aquí hay alguien que pregunta por usted…
POPOVA : Supongo que le habrás dicho que desde la muerte de mi marido no recibo a nadie.
LUKA : Se lo he dicho, pero no ha querido escucharme. Ha entrado hasta el comedor. Dice que se trata de un asunto muy importante.
POPOVA : Si no hay más remedio, hazle entrar. (Sale Luka).
SMIRNOV : Señora, tengo el honor de presentarme : Gregor Stepanovich Smirnov. Teniente de artillería retirado y terrateniente. Un asunto de suma importancia me obliga a molestarla.
POPOVA : (Seca) ¿Qué desea usted?
SMIRNOV : Su difunto esposo me debía dos mil rublos. Mañana me veo obligado a pagar los intereses del banco, por lo que le ruego, señora, que me pague ese dinero hoy mismo.
POPOVA : ¡Dos mil! … Y ¿por qué razones tenía mi marido deudas con usted?
SMIRNOV: Me compraba la avena.
POPOVA : (A Luka, con un suspiro) Ah… Ya sabes, Luka, no vayas a olvidarte de decir que den a «Centella» un suplemento de avena. (Sale Luka) Bien, si Nikolai tenía una deuda pendiente con usted, naturalmente que pagaré esa deuda…; pero hoy discúlpeme, por favor. No dispongo de dinero. Mi administrador regresará pasado mañana de la ciudad, y en cuanto llegue le daré las órdenes oportunas para que se le pague todo lo que se le debe.
Hoy, además, hace exactamente siete meses que murió mi marido, y no tengo humor para pensar en asuntos de dinero.
SMIRNOV : ¡Pues imagine cómo estará mi humor ahora! ¡Si mañana no pago los intereses, tendré que salir volando por la chimenea! ¡Me embargarán la hacienda!
POPOVA : Pasado mañana recibirá usted su dinero.
SMIRNOV : Necesito el dinero hoy, ¡no pasado mañana!
POPOVA : Perdón, pero hoy no puedo pagarle.
SMIRNOV : ¡Y yo no puedo esperar hasta pasado mañana!
POPOVA : ¿Qué se le va a hacer…si ahora no dispongo de dinero?
SMIRNOV : ¿No puede entonces pagarme?
POPOVA : No… no puedo.
SMIRNOV : Mmm… ¿Es esta su última palabra?
POPOVA : La última.
SMIRNOV : ¿La última… de veras?
POPOVA : De veras.
SMIRNOV : ¡Pues muchas gracias! ¡Tomo nota de ello! Y luego pretende que uno conserve la sangre fría. En el viaje me encuentro con el recaudador y me pregunta : ¿Por qué anda usted siempre enfadado? ¡Dios mío! ¿Cómo no voy a enfadarme si me hace falta el dinero como el aire?
Ayer salí de mi casa, recorrí todas las de mis acreedores y no encontré uno solo que me pagara lo que me debía. Por fin llego aquí, a setenta millas de mi casa, espero cobrar lo que se me debe y… ¿Cómo no voy a enfadarme?
POPOVA : Creo haberme expresado claramente. Mi administrador regresará mañana y entonces podrá cobrar usted su dinero.
SMIRNOV : Yo la he venido a ver a usted, y no a su administrador. ¿Para qué diablos necesito yo a su administrador?
POPOVA : Perdone, pero no estoy de humor. No estoy acostumbrada a tales expresiones y a semejante tono. ¡No quiero escucharle más! (Sale)
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MÚSICA
Música suave, de letra amorosa. Una criada limpia distraída mientras un criado se acerca sigilosamente y le hace gestos cariñosos. Escena musical.
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SMIRNOV : ¡Ni un canalla paga y esta, ahora, me viene con su triste humor! ¡Y qué lógica la suya! ¡Estás necesitado de fondos hasta el cuello y no te paga porque… «No tiene humor para ocuparse de asuntos de dinero»!… Mujer cien por cien. ¡Por eso precisamente no quise nunca, ni quiero, tratar con mujeres! ¡Me resulta mucho más fácil sentarme sobre un tonel de pólvora! (Entra Luka)
LUKA : La señora está enferma y no recibe.
SMIRNOV : ¡Fuera!… (Sale Luka) ¡Está enferma y no recibe!… ¡Que importa! ¡No me hace falta que me recibas! ¡Me quedaré aquí hasta que me devuelvas mi dinero! ¡Y si sigues enferma una semana, una semana permaneceré aquí!… ¿Que te dura la enfermedad un año? ¡También yo un año!… ¡Cobraré lo que es mío! ¡No me conmoverás con tu luto ni con los hoyuelos en tus mejillas!
¡Qué fastidio! Un calor insoportable, ni uno solo que te haya pagado, la noche en blanco, y ahora aquí, por añadidura, esta «delicadeza» de luto con su triste humor. Me duele la cabeza… ¿Si bebiera un poco de vodka?… Quizás sí… (Gritando) …¡Criada!
LUKA : ¿Qué se le ofrece?
SMIRNOV : ¡Tráeme una copa de vodka! (Sale Luka) Vaya figura la mía, lleno de polvo, con los zapatos sucios, sin lavar y sin peinar… La señora me habrá tomado por un bandido. Pero qué se le va hacer… No soy un invitado, soy un acreedor y los acreedores no gastan en un traje especial… (Entra Luka con el vodka)
LUKA : Se toma usted muchas libertades, señor.
SMIRNOV : (Enojado) ¿Cómo?
LUKA : Yo…No, nada… Yo quería…
SMIRNOV : ¿Sabes con quién estás hablando? ¡A callar!
LUKA : (Saliendo) Este diablo ha llegado aquí para desdicha nuestra. Le trajo la fuerza maligna.
SMIRNOV : ¡Ah, qué furioso estoy! ¡Sería capaz de hacer añicos el mundo!… Hasta empiezo a sentirme mal… (Gritando) ¡Criada!
POPOVA : (Entrando con los ojos bajos) Muy señor mío… Hace mucho tiempo que en mi retiro me he desacostumbrado a la voz humana, y no soporto los gritos. Le ruego encarecidamente que no altere mi paz.
SMIRNOV : ¡Págueme mi dinero y me marcharé!
POPOVA : Ya le dije que no dispongo de ese dinero, y que espere hasta pasado mañana.
SMIRNOV : Y yo tuve el honor de decirle que es hoy y no pasado mañana cuando lo necesito. ¡Si hoy no me paga, mañana tendré que ahorcarme!
POPOVA : Pero qué quiere que le haga, si no tengo el dinero.
SMIRNOV : En ese caso… ¡Aquí me quedo y aquí permaneceré hasta cobrar! (Se sienta) ¿Que va a usted a pagarme pasado mañana?… ¡Magnífico! ¡Hasta pasado mañana seguiré sentado! (Se levanta de un salto) Pero yo pregunto : ¿tengo o no tengo que pagar mañana esos intereses? ¿Cree que bromeo?
POPOVA : Muy señor mío… Le ruego que no grite. Esto no es una cuadra.
SMIRNOV : ¿Quién habla de cuadras? Lo que pregunto yo es si mañana tengo o no tengo que pagar esos intereses.
POPOVA : ¡No sabe usted comportarse ante las mujeres!
SMIRNOV : ¡Sé perfectamente comportarme ante las mujeres!
POPOVA : ¡No, no lo sabe usted! ¡Es usted un mal educado! ¡Un bruto! ¡Las personas correctas no hablan así a las mujeres!
SMIRNOV : ¡Mire con lo que sale!… Pues ¿cómo quiere que le hable?… ¿En francés?… «Madame, je vous prie… qué felicidad me produce el que no me pague lo que me debe»… Ah, qué tiempo maravilloso tenemos hoy… Y ese luto, que le sienta bien…
POPOVA : ¡No tiene usted nada de inteligente y, además, es grosero!
SMIRNOV : Pues sepa, señora, que en mi vida he visto muchas más mujeres que gorriones. Tres veces me he batido a duelo, y siempre por culpa de las mujeres. Hubo un tiempo en que me comportaba como un idiota, me arrojaba a los pies de las damas… La ternura de sentimientos me costó la mitad de mis bienes… pero ahora, se acabó. Ya no me engañarán por sus ojos negros, apasionados… los labios rojos, los hoyuelos en las mejillas, la luna…
¡Por nada de eso, señora, daría ahora ni un centavo!… No aludo a nadie que esté presente pero la verdad es que todas las mujeres son presumidas, chismosas, embusteras, vanidosas, mezquinas, crueles, y en relación a esta cosita (Se lleva la mano a la frente), permítame que le diga que un gorrión piensa mil veces más que una mujer.
Usted tiene la desdicha de ser mujer, y por experiencia propia debe conocer la naturaleza femenina… Dígame con franqueza… ¿Ha conocido en su vida a una mujer sincera, fiel y constante?… ¡No! ¡No la conoce1¡Antes se encontraría un gato con cuernos que una mujer constante!
POPOVA : ¡Permítame! ¿Quién entonces, según usted, es fiel y constante en el amor? ¡¿No será el hombre, ciertamente?!
SMIRNOV : ¡Sí señora, el hombre!
POPOVA : ¡El hombre! (Con risa sarcástica) ¡Si le interesa saberlo, puedo comunicarle que, de todos los hombres que conozco y he conocido, el mejor fue mi difunto marido!… ¡Le amé apasionadamente, con todo mi ser, como solo puede amar una mujer joven e inteligente! ¡Le entregué mi felicidad, mi vida, mis bienes!… Pues bien… ¡Este mejor de todos los hombres, me engañaba constantemente con la mayor desvergüenza!
Después de su muerte en su mesa encontré un cajón entero lleno de cartas amorosas y, mientras vivió… es terrible recordarlo… me dejaba sola semanas enteras. ¡Delante de mis ojos hacia la corte a otras mujeres, me engañaba, dilapidaba mi fortuna! Y a pesar de todo esto, yo lo amaba y le fiel, y por si fuera poco, ahora, después de su muerte, continuo guardándole fidelidad y constancia. ¡Me he enterrado para siempre entre estas cuatro paredes, y hasta la tumba llevaré este luto!
SMIRNOV : (Con risa despreciativa) ¡Luto!… No lo comprendo… ¿por quién me toma usted? Como si no supiera yo por qué viste usted ese traje negro y se ha enterrado entre cuatro paredes.
Cuando por delante de su ventana pase algún joven oficial o algún poeta, levantará los ojos y pensará: «aquí vive la misteriosa viuda, que por amor a su marido, se ha enterrado entre cuatro paredes» … Vaya, vaya… ¡Ya conocemos esos cuentos!
POPOVA : ¿Cómo? ¿Qué derecho tiene de hablarme de ese modo?
SMIRNOV : ¡Se habrá enterrado viva, pero no se olvida de empolvarse la cara!
POPOVA : ¿Cómo se atreve a decir cosas semejantes?
SMIRNOV : No grite, por favor. No soy su asalariado. Solo digo las cosas por su nombre, y como no soy mujer, acostumbro a expresar mis ideas con rotundidad. ¡Tenga la bondad de no gritar!
POPOVA : ¡Quien grita no soy yo, sino usted! ¡Haga el favor de dejarme en paz!
SMIRNOV : ¡Págueme ese dinero y me marcharé!
POPOVA : ¡No le pagaré!
SMIRNOV : ¡Sí, señora, me pagará!
POPOVA : Pues sepa que, para fastidiarle, no cobrará un centavo. ¡Conque…, puede dejarme tranquila!
SMIRNOV : ¡Como no tengo el gusto de ser ni su esposo ni su prometido, le ruego, por favor, que no me haga escenas! (Se sienta) ¡Me desagradan!
POPOVA : (Ahogándose de cólera) ¿Se sienta usted?
SMIRNOV : ¡Me siento!
POPOVA : ¡Le ruego que se marche!
SMIRNOV : ¡Devuélvame el dinero!
POPOVA : ¡No tengo gana de hablar con descarados! ¡Salga de aquí! (Pausa). ¿Qué hace? ¿No se marcha…? ¿No?…
SMIRNOV : ¡No!
POPOVA : ¿No?
SMIRNOV : ¡No!
POPOVA : ¡Bien! (Llamando) ¡Luka! ¡Luka, haz que se marche este señor!
LUKA : (Acercándose a Smirnov) Señor, sírvase salir cuando se lo ordenan. No tiene por qué seguir aquí.
SMIRNOV : (Levantándose de un salto) ¡Tú a callar! ¿Sabes con quién estás hablando?
LUKA : (Llevándose la mano al corazón) ¡Ay Dios mío! …Santos todos del cielo… ¡Ay, ay, me desmayo… me falta la respiración…
POPOVA : ¿Dónde está Dasha? ¡Dasha! (Grita) ¡Dasha! ¡Aliosha! ¡Dasha!
LUKA : ¡Ay!… Se fueron a buscar fresas… ¡No hay nadie en casa!… ¡Me mareo! …¡Agua!
POPOVA : ¡Salga inmediatamente de aquí!
SMIRNOV : Tenga la bondad de ser más cortés.
POPOVA : (Pataleando) ¡Es usted un bestia!… ¡Un oso brutal!… ¡Un monstruo!
SMIRNOV ::¿¿Cómo?? ¿¿Qué dice usted??
POPOVA : ¡He dicho que Ud. es un bestia… un BESTIA!
SMIRNOV : (Avanzando hacia ella) ¡Veamos! ¿Qué derecho cree tener para ofenderme?
POPOVA : ¡Le he ofendido, sí, ¿y qué? ¿Cree que le tengo miedo?
SMIRNOV : ¿Y usted a su vez, cree que por ser uno de esos «seres ideales» tiene derecho a ofenderme, sin tener que pagar por eso?… ¿Sí?… ¡Pues la desafío……
LUKA : ¡Ay Dios mío! ¡Santos del cielo! ¡Agua!
SMIRNOV : ….a batirse!
POPOVA : ¿Porque tenga Ud. buenos puños y una garganta de oso, cree que le temo? …¿Sí, eh? …¡Monstruo!
SMIRNOV : ¡La desafío! No consiento que nadie me ofenda. No repararé en que es usted una mujer, una débil criatura.
POPOVA : (Tratando de cubrir los gritos de él con los suyos) ¡Bestia! ¡Bestia! ¡Bestia!
SMIRNOV : ¡Ya es hora de poner fin al prejuicio de que solo los hombres tienen que pagar por las ofensas! ¡Qué diablos! Si hay igualdad de derechos, hay igualdad de deberes.
POPOVA : ¿Quiere que nos batamos? ¡Pues bien, nos batiremos!
SMIRNOV : ¡Al instante!
POPOVA : ¡Al instante! Mi marido murió, pero ahí están sus pistolas. ¡Ahora mismo las traigo! (Sale y vuelve rápidamente) ¡Con qué deleite meteré una bala en su frente de plomo! ¡Al diablo con usted! (Sale)
SMIRNOV : Dispararé sobre ella como sobre un conejo. ¡No soy un chiquillo! ¡No soy un cachorro sentimental! ¡Para mí no existen los seres débiles!
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Música: escena musical paródica
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SMIRNOV : ¡Batirse!… Ahí está la igualdad de derechos… esa es la emancipación. Dispararé sobre ella por principio y, sin embargo… ¡Qué mujer! (Imitándola) «¡Al diablo con él!… ¡Le meteré una bala en su frente de plomo!» …¡Qué mujer! Estaba encendida… le brillaban los ojos… «aceptó el desafío» …¡Palabra de honor que es la primera vez en mi vida que veo una mujer igual!….
LUKA : ¡Márchese! …¡Eternamente rogaré por usted!
SMIRNOV : ¡Es toda una mujer! ¡Eso!… ¡Una verdadera mujer! …¡Es fuego, pólvora, cohete! …¡Hasta me da lástima matarla!
LUKA : (Llorando) ¡Por Dios, márchese!
SMIRNOV : ¡Decididamente me gusta! …¡Decididamente! A pesar de los hoyuelos en las mejillas, me gusta. Me siento hasta dispuesto a perdonar la deuda, y en cuanto a mi furia… se apagó. ¡Es una mujer extraordinaria!
POPOVA : (Entrando con unas pistolas) ¡Aquí están las pistolas, pero, antes de batirnos, tendrá que enseñarme a disparar. Ni una sola vez en la vida he tenido entre mis manos una pistola.
LUKA : ¡Que Dios nos tenga en su seno! ¡Corro en busca del jardinero y del cochero! ¿Cómo nos habrá caído esto en la cabeza? (Sale)
SMIRNOV : (Examinando las pistolas) Verá Ud. : existen varias clases de pistolas. Las que tiene usted, son de acción triple, magníficas pistolas. No costarán menos de veinte rublos el par. Deberá usted sostenerla así… (Aparte) ¡Qué ojos!…¡Qué mujer!
POPOVA : ¿Así?…
SMIRNOV : Sí, así… luego, levantar el gatillo y apuntar así… con la cabeza un poco más echada hacia atrás… y la mano debidamente extendida… así… luego, con el dedo aprieta usted esta cosita…, y esto es todo. La única regla importante es conservar la serenidad y apuntar sin prisa… hay que procurar que no tiemble la mano.
POPOVA : Bien… pero en una habitación no resulta cómodo batirse. Vamos al jardín.
SMIRNOV : Vamos. Sólo que voy a advertirle una cosa… de que pienso disparar al aire.
POPOVA : ¡Eso es lo que faltaba! ¿Y por qué?
SMIRNOV : Porque… porque… el porqué es asunto mío.
POPOVA : Se ha acobardado ¿verdad?… ¡Vaya! ¡Pues no señor! ¡Usted ahora no me viene con rodeos! ¡Haga el favor de seguirme! ¡No recobraré la tranquilidad hasta que no le atraviese la frente! ¡Esa frente que tanto aborrezco! ¿Se ha acobardado?
SMIRNOV : Sí, me he acobardado.
POPOVA : ¡Miente usted! ¿Por qué no quiere batirse?
SMIRNOV : Porque…. Porque… porque usted me gusta.
POPOVA : ¿Conque le gusto? ¿Se atreve a decirme que le gusto? (Señalando la puerta) ¡Márchese!
(Smirnov, en silencio, deja caer el revólver, coge su sombrero y se dirige a la puerta. Al llegar a esta, vuelve la cabeza y, por espacio de un minuto, ambos se miran sin decir palabra, luego se acerca, indeciso, a Popova).
SMIRNOV : Escuche… ¿Sigue enfadada?… Yo también soy endiabladamente rabioso, pero comprenda que… no sé cómo expresarme… el caso es que… verá usted …historias de este género… es decir… (Con un grito) ¿Acaso tengo la culpa de que me guste usted?… (Coge con ambas manos el respaldo de la silla, que cruje y se rompe) ¡Diablos! ¡Qué mobiliario más frágil el suyo!… ¡Usted me gusta!… ¿Me comprende?… ¡Casi estoy enamorado!
POPOVA : ¡Apártese de mí! ¡Le detesto!
SMIRNOV : ¡Dios mío!… ¡Qué mujer!… ¡Estoy perdido! …¡Me cogieron en el cepo como a un ratón!
POPOVA : ¡Apártese si no quiere que dispare!
SMIRNOV : ¡Dispare usted! ¡No sabe lo feliz que seré de morir bajo la mirada de esos ojos! ¡Morir víctima del revólver manejado por esa manita de terciopelo! ¡Estoy loco! ¡Piense y decida ahora mismo, pues si me marcho no volveré más! ¡Decida!… ¡Soy noble, honorable, poseo diez mil rublos de renta anual, mis caballos son magníficos…! ¡¿Quiere usted ser mi mujer?!
POPOVA : (Con indignación, blandiendo la pistola) ¡A batirse! ¡Le desafío!
SMIRNOV : ¡Estoy loco! ¡No comprendo nada! (Gritando) ¡Criada!… ¡Agua!
POPOVA : (Gritando también) ¡Le desafío!
SMIRNOV : ¡He perdido la razón! ¡Me enamoré como un chiquillo, como un tonto! (Le coge la mano, ella lanza un grito de dolor) ¡La amo! ¡La amo como nunca he amado! ¡Abandoné a doce mujeres! ¡Nueve me abandonaron a mí… pero a ninguna amé como a usted! …¡Aquí me tiene de rodillas como un idiota… y ofreciéndole mi mano!… ¡Qué vergüenza, qué vergüenza!… ¡Hacía cinco años que no me enamoraba, me había jurado no hacerlo! ¡Y ahora de pronto, me enamoro hasta los tuétanos!… ¡Le ofrezco mi mano!… ¿Acepta?… Sí… o no… ¿No quiere?… ¡Pues, qué diablos, no me importa! (Levantándose, va rápidamente hacia la salida)
POPOVA : ¡Espere!
SMIRNOV : ¿Qué?
POPOVA : ¡Nada! ¡Márchese! ¡No…espere! ¡No! ¡Márchese! ¡Márchese!… ¡Lo aborrezco! ¡O no…no se marche! ¡Si supiera usted lo rabiosa que estoy! (Arroja la pistola sobre la mesa) ¡Esta porquería me ha dejado dormidos los dedos! (La furia la hace romper el pañuelo) ¿Por qué se queda ahí? ¡Fuera!
SMIRNOV : ¡Adiós!
POPOVA : ¡Sí, sí! ¡Márchese! (Gritando) ¿Adónde va? ¡Espere!… ¡O si no….! ¡Márchese! ¡Ah, que rabia! ¡¡¡No se acerque!!!
SMIRNOV : (Acercándose) ¡Qué furioso me siento contra mí mismo! ¡Haberme enamorado como un colegial!… ¡Hasta se me puso carne de gallina! (Brutalmente) ¡La amo! ¿Por qué me habré enamorado de usted?… ¡Mañana tengo que pagar los intereses, la siega ha empezado y ahora usted! (La coge por la cintura) ¡Nunca me lo perdonaré!
POPOVA : ¡Apártese! ¡Fuera las manos! ¡Le detesto! ¡Lo desafío! (Un largo beso)
(Entra Luka, el jardinero con un rastrillo, el cochero con una horquilla y mozos de labranza con picas)
LUKA : ¡Dios mío!
POPOVA : (Bajando los ojos) Luka… que hoy no den avena a «Tobi».
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Suena la música inicial. Los criados bailan y cantan.