Se atribuye a Quevedo el ingenio del calambur (juego de palabras) gracias al cual habría dicho a la reina lo que nadie se habría atrevido a decir: «Entre el clavel y la rosa, Vuestra Majestad escoja».
El juego de la ambigüedad según la distinta colocación de las sílabas (calambur) permite entender también «Vuestra Majestad es coja».
Entre tanta medianía lingüística del mundo de la política nacional, el concejal del ayuntamiento de Madrid Ángel Pérez ha empleado hoy un calambur que ha provocado la risa de los presentes: «Una administración que, por otra parte, espía… ¡que es… pía, que es bondadosa, que es devota!».
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